Monasterio de Piedra, un lugar de ensueño

En Nuévalos, Zaragoza, en pleno Sistema Ibérico, se esconde uno de los parajes naturales más bonitos del país, el Parque Natural del Monasterio de Piedra. Un trozo del paraíso formado por el río Piedra que ha excavado en la roca grutas y cuevas y ha formado cascadas y remansos de agua. Un destino perfecto para desconectar unos días de la rutina y al que no debes dejar de llevar tu equipo fotográfico. Hoy día es fácil encontrar cámaras digitales en OLX o en cualquier portal de anuncios clasificados a través de internet, incluyendo artículos de cualquier lugar del mundo, lo que nos permite encontrar precios fantásticos para nuestros equipos fotográficos.

El Monasterio de Piedra propiamente dicho es un convento cisterciense del siglo XII declarado Monumento Nacional. De estilo románico tardío, con planta en forma de cruz y tres naves, ha sido restaurado recientemente y es el punto de inicio perfecto para la visita del Parque Natural.

En 1871 la prestigiosa revista británica Fraser’s Magazine dedicó un artículo al Parque del Monasterio de Piedra calificándolo como «una excursión a una de las curiosidades naturales más extraordinarias de Europa«, incluyeron también la palabra indescriptible para este monumento natural. El recorrido tiene algo más de 5 kilómetros que se hacen en dos horas y media. Perfectamente señalizado, el itinerario nos permite descubrir lugares mágicos como el Lago del Espejo, la Peña del Diablo o la espectacular cascada Cola de Caballo. Bajo sus 50 metros de salto de agua hay una impresionante gruta natural, la Gruta Gris.

Todo el parque combina la corriente de agua, en forma de hilillos, riachuelos, saltos y remansos, con un magnífico bosque de ribera de gran riqueza en flora y fauna. El Baño de Diana, la Cascada Iris, el Lago de los Patos, el Vergel, Los Chorreaderos o la Cascada Caprichosa son algunos de los preciosos lugares a descubrir durante la visita.

La entrada cuesta 15 euros por adulto y puede comprarse a través de Internet. En las cercanías del Monasterio de Piedra hay muy buenos alojamientos y servicios de restauración, destacando la interesante oferta de balnearios y aguas termales. Un destino muy romántico pero también perfecto para escapar del calor en familia.

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