Los blancos acantilados de Rosh Hanikrá en Haifa

Los blancos acantilados de Rosh Hanikrá en Haifa

Escrito por: slopez    5 febrero 2013     2 minutos

Además de ser la mayor ciudad del Norte de Israel y mostrar una rica oferta cultural, Haifa posee también uno de los sitios naturales más bellos de todo Israel. En la costa del Mar Mediterráneo se puede disfrutar del blanco reflejo de los acantilados de Rosh Hanikrá.

Esta formación geológica muestra una magníficas grutas, cuyo blanco tiza se entremezcla con la maravillosa visión de las grutas. Debido a la acción del mar sobre la roca caliza, se han diferentes túneles que conducen a cavernas, con una longitud total de 200 metros aproximadamente.

Sin duda que la belleza de este lugar reside en las distintas tonalidades de agua que se aprecian en el interior, unido al vistoso juego de luces y sombras derivado de ello. Incluso existen leyendas sobre el interior de la gruta, como la de la pareja de novios que se encontraba allí y que, en una de las ocasiones en las que las olas rompían, fueron devorados por ellas. Muchos dicen que aún se puede escuchar la voz de ella en el interior de las grutas. Misterio mezclado con belleza.

En otro nivel, los acantilados de Rosh Hanikrá son el punto de encuentro entre la frontera de Israel y Líbano. De hecho, se puede contemplar el túnel que se excavó en 1943, ampliando la línea de conexión entre el Cairo y Haifa, llegando hasta Beirut. Para conocer esta historia, se realiza una proyección que puede verse en el interior del túnel sobre ello.

Alrededor de la zona de Rosh Hanikrá, se incluyen una serie de reservas naturales como la Islas Rosh Hanikrá (con una extensión de 311.000 metros cuadrados), la reserva Rosh Hanikrá (con una extensión de 765.000 metros cuadrados), la playa Rosh Hanikrá (de 230.000 metros cuadrados) y el Parque Natural Rosh Hanikrá, cuya extensión alcanza los 220.000 metros cuadrados.

Un recorrido que no debemos perdernos en esta zona es el paseo en teleférico, situado cerca de la frontera con Líbano. Desde su salida, el teleférico realiza un descenso durante dos minutos por una inclinación que alcanza los 64 metros. Un lindo viaje que nos permite contemplar el ancho y largo de la zona de los acantilados.

Con anterioridad, el acceso a las grutas sólo era posible por vía acuática, por lo que sólo los más experimentados en ese aspecto podían hacerlo. Hoy en día, hay recorridos programados como, por ejemplo, el de la senda que cruza la playa Rosh Hanikrá, empezando cerca de la entrada del túnel viejo de las grutas, pudiendo ser visitado todos los días laborables (desde una entrada independiente) y los sábados, desde el interior.

Vía | goisrael
Foto | flickr-Chris Yunker


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