Lisboa, una ciudad poco honesta

Lisboa, una ciudad poco honesta

Escrito por: Xavi    30 septiembre 2013     2 minutos

Según la revista Reader’s Digest, una publicación americana de tirada mensual, Lisboa es una de las ciudades menos honestas del mundo. Han llegado a esta conclusión después de hacer un pequeño experimento del que, claro está, no podemos afirmar que sus resultados sean concluyentes, pero que al menos es curioso.

Los redactores de esta revista perdieron de forma premeditada 12 carteras en cada una de las 16 ciudades del mundo en las que tenían pensado realizar este experimento. ¿Y adivinan de qué ciudad llegaron menos carteras de vuelta? Pues de Lisboa, donde sólo apareció una, entregado por un matrimonio jubilado de Holanda que se encontraba de turismo en la ciudad.

No estoy aquí para tirar mala sobre la capital lisboeta, al contrario, pero sí hay que tener claro, aparte de sus virtudes, la que es una de sus principales taras para con los turistas: los carteristas. Si bien los turistas no estamos expuestos a robos o situaciones peligrosas, en cambio somos objeto demasiado a menudo de la labor de los carteristas, que proliferan en los puntos más turísticos de Lisboa.

El tranvía es uno de esos lugares en los que hay que tener especial cuidado. La estrechez y las aglomeraciones propias de este medio de trasporte proporcionan a los carteristas las facilidades para actuar y aprovecharse de los más despistados. Pero desgraciadamente, y aunque se pongan los medios para evitarlo, estos amigos de lo ajeno proliferan por otros muchos lugares. Un móvil encima de la mesa o unas bolsas encima de la silla en una terraza pueden ser también objeto de deseo de estos personajes.

Lisboa, recalcamos, no es que no sea una ciudad segura, pero tiene este pequeño problema y los turistas son los principales perjudicados. Ahora que ya lo sabéis, estaos siempre al loro y tened siempre los objetos de valor en bolsillos bien cerrados, y las bolsas y bolsos siempre en la mano.

Vía | Reader’s Digest
Foto | Flickr – José María Mateos