El Festival del Queso Rodante de Gloucester

El Festival del Queso Rodante de Gloucester

Escrito por: Xavi    6 junio 2016     2 minutos

Brockworth es un pueblo del británico condado de Gloucester que no alcanza los diez mil habitantes. Su única huella en la historia la dejó durante la Segunda Guerra Mundial, pues aquí se fabricaban los mejores cazas de la RAF, como el Hurricane, lo que hizo que sufriera serios bombardeos por parte de la aviación alemana.

Sin embargo, cada último lunes de mayo, una de las fechas festivas en el Reino Unido, este pequeño pueblo se convierte en un lugar de interés mundial. Y todo gracias a un queso.

El festival del queso rodante

En esa fecha tiene lugar una de las fiestas más curiosas del mundo, el Festival del Queso Rodante. En esta fiesta, el protagonista es un enorme queso de los que se elaboran en la región que se lanza colina abajo, mientras varias personas inician una carrera desesperada e incluso peligrosa por alcanzar el queso y quedárselo como premio.

El origen de esta festividad es bastante incierto, si bien hay varias teorías. Lo que sí es conocido de sobra es que se viene celebrando de forma anual, con alguna excepción, desde el siglo XIX y que cada vez fue ganando mayor reconocimiento, pasando de ser una fiesta meramente local a una fiesta en la que ya acude gente de todas partes del mundo.

¿Cómo participar?

Participar es tan sencillo como colocarse en la cima de la colina Cooper y decirle a alguien de la organización que vas a formar parte de la carrera. Esa persona aceptará tu petición no sin antes recordarte que no se hace responsable de lo que te pueda suceder, pues se trata de un evento con cierto peligro.

Aunque durante los días previos se limpia a fondo toda la colina, es probable que haya gente que sufra lesiones por las inevitables caídas o por los golpes que se pueda llevar con otros competidores. Por eso, sólo participan adultos y, como ya hemos señalado, asumiendo toda la responsabilidad de lo que les pueda suceder.

A la caza del queso

El objetivo de la carrera no es otro que alcanzar el queso, aunque realmente se trata de una misión casi imposible. Teniendo en cuenta que la pendiente es bastante pronunciada, el queso puede alcanzar velocidades superiores a los 100 kilómetros hora. A eso suma la dificultad de correr por una pendiente sin perder el equilibrio.

Por eso, y en la mayoría de las ocasiones, el queso se queda sin coger. Aun así, hay ganador, pues la organización decide que el premio acabe en manos de alguien que haya estado muy cerca de hacerse con el botín o que haya llegado el primero, e ileso, hasta el pie de la colina.

Foto | Michael Warren


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