El Museo de Arte en Bregenz

El Museo de Arte en Bregenz

Escrito por: slopez    22 marzo 2013     2 minutos

Habitualmente, cuando visitamos un museo, siempre esperamos contemplar grandes obras de arte en su interior, ya sea en pintura, escultura o en otro tipo de estilo. Pero, en este caso, nos tropezamos con un museo cuya belleza se admira más por su estructura que por su contenido. Nos estamos refiriendo al Museo de Arte de Bregenz.

La ciudad de Bregenz está localizada a orillas del Lago Constanza, realizando frontera en esta zona los países de Austria, Suiza y Alemania. Dentro de ella, destacamos el Museo de Arte que fue inaugurado en el año 1997 y, en el cual, se realizan exposiciones temporales de arte moderno a lo largo de todo el año.

Pero, lo que más destaca en este museo es su construcción. En si, el museo consta de dos edificios, uno de ellos alberga el museo y el otro incluye las oficinas de administración y las tiendas del propio museo, entre otras dependencias. Ambos forman una estructura cerrada, en cuyo interior encontramos una plaza que nos conduce al casco antiguo de la ciudad, mientras que, frente al edificio del museo, tenemos un espigón que se introduce en el agua y nos lleva a un embarcadero de yates.

El edificio principal es el que alberga el museo y todas sus exposiciones. Tiene forma de cubo y la fachada exterior principal está formada por paneles rectangulares de vidrio traslúcido. Debido a su forma, al recibir la luz del sol, se crea un contraste que lo hace parecer extraño ante los ojos, como si las ventanas que lo forman no tuvieran una definición fija.

Realmente, el edificio se muestra como una obra bastante compleja. Todo el acristalamiento exterior toca el suelo debido a su formación. Asímismo, otra especie de sub-fachada se encuentra entre las paredes de hormigón y la fachada exterior, detalle que el propio arquitecto quiso incluir, no sólo para favorecer su complejidad sino, también, para crear un sonido característico al recibir el viento sobre él.

El interior está divido en seis plantas, dos de ellas subtérraneas. En la planta baja, nos encontramos con el mostrador de venta de entradas para el museo y una tienda de regalos. Contrasta el hecho de ver paredes de hormigón sin pulir, lo cual da una imagen menos abrupta y más sencilla, con respecto a la fastuosidad y complejidad de la fachada exterior.

Un edificio curioso a la vez que complejo. Curioso por que muestra más belleza en su línea arquitectónica, tanto exterior como interior, que por su funcionalidad en si como museo de arte. Complejo por que está construcción posee una serie de líneas de definición que son muy particulares por parte del propio arquitecto. A pesar de ello, un edificio moderno que merece la pena, al menos, contemplar dando un paseo por Bregenz.

Vía | wikipedia
Foto | flickr-roryrory


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