Rincones para disfrutar en Reims
Ubicada en la región de Grand Est, a tan solo 45 minutos en tren desde París, Reims es una joya del noreste francés que combina historia milenaria, arte gótico y tradición vitivinícola. Conocida por ser la cuna del champán y el lugar donde se coronaban los reyes de Francia, Reims es una ciudad perfecta para una escapada cultural y gastronómica. A continuación, te presentamos las mejores propuestas para conocer y disfrutar esta elegante ciudad.
No se puede hablar de Reims sin comenzar por su imponente Catedral de Notre-Dame, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta joya del arte gótico francés fue el lugar de coronación de más de 30 reyes de Francia, incluido Carlos VII, acompañado por Juana de Arco en 1429. Sus vidrieras son espectaculares.
Reims forma parte de la región vitivinícola de Champagne, y muchas de las grandes casas productoras tienen sus sedes y cavas subterráneas aquí. Visitar una de estas bodegas es una experiencia inolvidable que combina historia, arquitectura y, por supuesto, degustación. Es interesante realizar tours guiados por la zona y descubrir la bodega Taittinger, ubicada en un antiguo monasterio benedictino.
El centro de Reims es ideal para caminar y descubrir su elegancia tranquila. Puedes pasear por calles adoquinadas y detenerte en cafeterías con terraza para observar la vida local. No te pierdas por ejemplo la estatua de Luis XV en la Place Royale, la importante zona peatonal Place Drouet d’Erlon o el mercado Halles du Boulingrin.
Para los amantes de la cultura, Reims ofrece varios museos interesantes como el Museo de Bellas Artes, con colecciones que van desde el Renacimiento hasta el arte moderno. También se recomienda el Museo de la Reddition (Museo de la Rendición): donde se firmó la rendición alemana que puso fin a la Segunda Guerra Mundial en Europa, el 7 de mayo de 1945. Es un sitio emotivo y lleno de significado histórico.
Menos conocida que la catedral, pero igual de impresionante, la Basílica de Saint-Remi es un monumento románico-gótico de gran valor histórico. Alberga la tumba de San Remigio, el obispo que bautizó al rey Clodoveo, un momento clave en la historia de Francia. El interior es majestuoso, con una atmósfera más tranquila que la catedral, perfecta para quienes buscan una experiencia espiritual y artística.
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