El Tour de Flandes, algo más que una carrera ciclista

Una etapa ciclista que en algunos lugares puede pasar desapercibida o incluso supone un inconveniente, por aquello de los cortes de tráfico, en un país como Bélgica es un día de fiesta. A los belgas les encanta el ciclismo de competición, y lo viven casi del mismo modo como en España se vive por ejemplo el fútbol.

Así, es normal que en este país se celebran muchas carreras de gran prestigio e importancia, destacándose entre ellas el Tour de Flandes. Una carrera centenaria (precisamente en este 2013 cumple los 100 años), de gran prestigio y considerada como un Monumento del Ciclismo, y por tanto una carrera en la que no faltan los mejores ciclistas del mundo cada año.

Como dije antes, Flandes es una fiesta el día de primavera que se celebra esta carrera, tradicionalmente el primer domingo de abril. Aunque el tiempo no acompañe, la gente se echa a la calle, pertrechados con las banderas de león de Flandes, desde bien pronto para coger los mejores sitios. En algunos incluso hay que irse el día antes, pero la espera se hace amena entre amigos y cervezas.

En cambio para los ciclistas, los verdaderos protagonistas de este cotarro, la carrera no es ni mucho menos una fiesta. Lluvia, frío, tramos interminables de pavés, algunos de los muros (cuestas) más duros del mundo, más de 200 kilómetros y varias horas sobre la bicicleta … En fin, todo la magia que rodea a este deporte y lo llena de épica se concentra aquí, en una sola carrera.

Web oficial | Ronde van Vlaanderen
Foto | Flickr – Louise Ireland

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