Una escapada diferente por Buenos Aires
Buenos Aires es una ciudad vibrante, llena de historia, arte y cultura. Muchos visitantes conocen sus lugares emblemáticos como el Obelisco, la Casa Rosada, San Telmo o la colorida Caminito en La Boca. Sin embargo, la capital argentina guarda joyas ocultas que escapan a los recorridos turísticos tradicionales.
Ubicado en el barrio de Barracas, el Pasaje Lanín es una calle mágica donde las fachadas de las casas están cubiertas con mosaicos de colores. Esta intervención artística fue ideada por el artista plástico Marino Santa María, que convirtió su propio hogar en una obra de arte y luego contagió a sus vecinos.
En pleno centro porteño, escondido entre grandes avenidas y edificios antiguos, se encuentra el Pasaje Rivarola, una calle de adoquines con arquitectura simétrica de los años 20. A pocos metros, está la Biblioteca Ricardo Güiraldes, un lugar encantador con salas de lectura silenciosas y decoración antigua. Un rincón literario perfecto para quienes buscan tranquilidad en medio del ajetreo urbano.
Mientras la Reserva Ecológica Costanera Sur es bastante conocida, su hermana menor, la Reserva Costanera Norte, sigue siendo un secreto para muchos. Ubicada junto al Río de la Plata, esta área protegida ofrece senderos, lagunas, aves y mucha vegetación. Es ideal para caminatas, fotografía de aves o simplemente para conectar con la naturaleza sin salir de la ciudad.
Situado en la ex Cervecería Munich, cerca de Puerto Madero, el Museo del Humor es una joya oculta dedicada a la historieta y el humor gráfico argentino. Tiene obras de grandes como Quino, Fontanarrosa, Mordillo o Lino Palacio. Además de su contenido divertido y entrañable, el edificio en sí y el entorno del Parque Micaela Bastidas merecen una visita.
En el corazón del barrio de Caballito se encuentra una pequeña zona conocida como el Barrio Inglés, un conjunto de casas de estilo victoriano construidas a fines del siglo XIX. Sus calles, como Valle o Emilio Mitre, están rodeadas de árboles y tienen un aire muy diferente al resto de la ciudad. Un paseo por aquí parece sacado de otra época, ideal para los amantes de la arquitectura y las caminatas tranquilas.
Si buscas antigüedades, objetos únicos y muebles con historia, el Mercado de Pulgas de Colegiales es un lugar ideal. A diferencia de San Telmo, aquí el ambiente es más local, los precios suelen ser más accesibles y se respira una atmósfera auténtica y relajada. Un gran plan para pasar la tarde y encontrar tesoros escondidos.
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