Dimona, una ciudad en el desierto

Escrito por: slopez    14 enero 2013     2 minutos

Aunque las ciudades puedan destacar por sus monumentos, edificios, tradiciones o eventos, hay algunas localizaciones que pueden llamar la atención por algo que no tiene nada que ver con ello. Son ciudades que pasan desapercibidas pero que, al conocer parte de ellas, resultan tener cierto interés, aunque sólo sea por curiosidad.

Es el caso de la ciudad de Dimona, situada en el Distrito Meridional de Israel. Esta ciudad se encuentra en el desierto del Neguev, a 35 kilómetros al oeste del Mar Muerto. Aunque de por sí, la ciudad no ofrece un atractivo cultural o turístico, ni posee una gran belleza, si es destacable el motivo de por que fue creada y donde.

Dimona fue una de las denominadas «ciudades del desarrollo», creadas en la década de los 50 a través del que fuera Primer Ministro Israelí en dos ocasiones (de 1948 a 1954 y de 1955 a 1963), David Ben Gurión. Concretamente, fue fundada en 1955, en su mayoría por los inmigrantes que procedían del Norte de África.

A finales de los años 60, con el comienzo del programa nuclear israelí, fue escogido un lugar cercano a Dimona para construir el que se conoce como Centro de Investigación Nuclear del Neguev, teniendo en cuenta que estaba localizado en un desierto pero que permitía, a la vez, poder edificar en su zona.

Dicho centro comenzó su construcción en 1958, asesorados por Francia, y cuyo objetivo era construir un reactor nuclear de cara a una planta desalinizadora, que permitiera cultivar en el desierto del Neguev. Entre 1962 y 1964, fue activado el reactor. Aunque el motivo inicial fue el anteriormente reseñado, siempre se ha pensado, aunque Israel nunca lo ha confirmado publicamente, que se aprovecharon las instalaciones para construir su primera bomba nuclear.

En los años 80, Dimona sufrió un descenso en su población, que volvió a incrementarse en la década de los 90, con la llegada de inmigrantes rusos. Un treinta por ciento de la población, trabaja en el sector industrial, en las plantas químicas del Mar Muerto y en industrias de tecnología y textil, y otro treinta por ciento, en el sector servicios. La diversidad de población, hace de Dimona un lugar importante para los denominados «hebreos negros», una pequeña comunidad religiosa no judía, proveniente de los Estados Unidos.

Como decíamos al principio, algunas ciudades pueden llegar a destacar por algo diferente a lo que habitualmente buscamos en ellas como visitantes. En este caso, Dimona aparece como centro neurálgico del programa nuclear israelí que comenzó hace más de 50 años.

Vía | wikipedia
Foto | flickr-sweetlikehoney