La Escalera de las Estrellas en París, una sorpresa a los pies de Sacré Coeur

La Escalera de las Estrellas en París, una sorpresa a los pies de Sacré Coeur

Escrito por: Victor Alós    13 julio 2017    Menos de un minuto

A los pies del célebre Sacre Coeur de París se encuentran unas escaleras, no tan conocidas como las de Montmatre, que esconden una luminosa sorpresa

París no deja nunca de sorprendernos y a sus monumentos más conocidos hay que añadir otros elementos que quedan algo ocultos bajo la imponente presencia de la Torre Eiffel, la catedral de Notre-Damme y Sacré Coeur. Precisamente te voy a mostrar algo que es bastante desconocido en torno a la basílica de Montmatre, que aunque es algo realmente espectacular, pasa desapercibido para la mayoría de los visitantes a la Ciudad Luz.

En la Square Nadar, lugar de reunión de pintores y artistas que ofrecen sus obras a los turistas que visitan París, se alza la figura del Chevalier de la Barre, un joven de 19 años que murió ajusticiado a la edad de 19 años por mantener una postura liberal y anticlerical unos años anteriores a la Revolución Francesa. Esta figura esconde una trágica historia, que le valió además de este reconocimineto, la estatua y una calle que se encuentra cerca de Sacré Coeur.

La Rue du Chevalier de la Barre es una calle que nace cerca de la estatua del Chevalier y se dirige a la parte trasera de Sacré Coeur. Es una calle peatonal en la que se vive una vida de barrio, con pequeñas tiendas y bares que mantienen el aspecto tradicional de la ciudad. La calle se conecta con la Rue de la Bonne, donde se transforma en unas escaleras que, desde el año 1996 reciben el nombre de La escalera de las estrellas.

Y es que estas escaleras esconden un pequeño secreto que pasa desapercibido a la luz del sol y solo se muestra cuando llega la noche. En ese año, 1996, se reformó la escalera, que se encontraba en bastante mal estado. Para ello, se contó con la colaboración de los artistas Henri Alekan, cineasta y Patrick Rimoux, quien se define a sí mismo como «escultor de la luz«. Y ese es precisamente el secreto que esconden estas escaleras, la luz.

A ambos lados de la escalera hay unos adoquines no transitables, que tienen varias piezas de fibra de vidrio, que se iluminan cuando les enfoca un foco de luz, ofreciendo una imagen que parece el cielo estrellado. Y no es una comparación baladí, porque ambos artistas reflejaron en ese espacio el aspecto del cielo en dos días concretos.

La parte derecha representa el aspecto del cielo el día 1 de enero a las diez de la noche, mientras que el lado izquierdo es el reflejo del cielo nocturno del día 1 de julio, a la misma hora. Un espectáculo que aporta un toque mágico al barrio de Montmartre, que acoge este pequeño secreto y muchos otros que lo convierten en uno de los más agradables y atractivos de la capital francesa.


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