Templos antiguos para conocer en Europa
Europa no solo es cuna de impresionantes palacios, castillos y ciudades medievales, sino que también alberga templos antiguos que cuentan miles de años de historia. Estos lugares sagrados, testigos de civilizaciones pasadas, ofrecen una experiencia única para quienes aman la arqueología, la arquitectura y la espiritualidad. El verano es un momento perfecto para visitarlos: días largos, cielos despejados y la posibilidad de explorar sus alrededores sin las prisas del invierno.
El majestuoso Olympeion es uno de los templos más grandes jamás construidos en la antigua Grecia. Aunque hoy solo quedan en pie 15 de sus imponentes columnas corintias, su historia y grandiosidad impresionan a cualquier visitante. Durante el verano, puedes combinar la visita con un recorrido por la Acrópolis y el Ágora antigua, disfrutando de la atmósfera vibrante de Atenas.
Ubicado en pleno centro histórico de Évora, el templo de Diana, romano y data del siglo I d.C. es uno de los mejor conservados de la Península Ibérica. Sus columnas de granito y mármol evocan el esplendor del imperio romano en Lusitania. Visitarlo en verano te permitirá pasear por las calles empedradas de Évora, Patrimonio de la Humanidad, y disfrutar de su gastronomía.
Rodeado de colinas y campos dorados, el templo dórico de Segesta data del siglo V a.C. y se conserva de manera sorprendente, a pesar de que nunca llegó a completarse. Su ubicación en medio de la naturaleza siciliana lo convierte en un escenario casi cinematográfico. En verano, el contraste entre el azul del cielo y el dorado de la piedra es simplemente espectacular.
Otra de las opciones es conocer el templo de Poseidón. Situado en un acantilado que se asoma al mar Egeo, este templo dedicado al dios de los mares es uno de los lugares más mágicos para ver un atardecer en Grecia. Construido en el siglo V a.C., ofrece vistas panorámicas que quitan el aliento.
En Mérida, antigua Augusta Emerita, podrás encontrar el Templo de Diana y otros restos impresionantes del patrimonio romano, incluyendo un teatro, un anfiteatro y un acueducto. Es un destino perfecto para los amantes de la arqueología. El verano extremeño es caluroso, pero los monumentos se iluminan con una luz intensa que resalta la belleza de la piedra.