Skopje, capital de Macedonia y corazón de los Balcanes

Skopje, capital de Macedonia y corazón de los Balcanes

Escrito por: Xavi    13 agosto 2016     2 minutos

Muchos de los que deciden conocer la Península de los Balcanes y la historia de este lugar, siempre en confrontación con el mundo occidental y oriental, toman como punto de partida la ciudad de Skopje. ¿Y por qué? Pues nada más y nada menos porque esta ciudad se encuentra estratégicamente en lo que llamaríamos el corazón de los Balcanes.

Esta ubicación tan importante ha marcado la historia de Skopje, historia que se remonta a más de dos mil años. Como pasaje entre dos mundos, Skopje ha pasado por muchas manos: rumanos, otomanos y búlgaros se pelearon por ella, hasta que con el nacimiento de ese conglomerado de países que formó la República de Yugoslavia, Skopje pasó a ser durante un tiempo la capital de esta nación.

Con el desmembramiento de Yugoslavia, nació un nuevo país, Macedonia, que eligió a Skopje como capital. Esto ayudó a que la ciudad floreciera de nuevo, después de que un terremoto sufrido en el año 1963 destruyera casi tres cuartas partes de la ciudad, y que volviera a desarrollarse en todos los sentidos, creciendo hasta acoger a casi setecientos mil habitantes, prácticamente la cuarta parte de todo el país.

La Fortaleza es uno de los lugares más típicos de Skopje

Toda esta historia se puede conocer en algunos de los museos de la ciudad. Por ejemplo, el Museo de la Ciudad de Skopje y el Museo de la Antigua República Yugoslava de Macedonia, uno centrado en la historia de la ciudad y el otro centrado en la historia del país. A destacar también el Museo de Historia Natural, que se puede complementar con una visita al zoológico, y el Museo de Arte Contemporáneo, con una importante colección de obras.

Se hace fundamental una visita a la Fortaleza Kale, que al estar en el punto más alto de la ciudad ofrece las mejores vistas. Igualmente, hay que conocer el antiguo acueducto que queda como vestigio del pasado romano y el Puente de Piedra sobre el río Vardar, símbolo de la ciudad. Aunque lo que más place al turista es adentrarse en el barrio turco, que llega a hacer sentir que anda uno en lo más recóndito de Estambul.

En la capital de este país se venera por igual a Alejandro Magno, rey del antiguo reino macedonio y conquistador de fama mundial, como a Teresa de Calcuta, la monja que creó la orden de las Misioneras de la Caridad. Dos personajes muy distantes en el tiempo y muy diferentes entre sí, en una metáfora de lo que es esta ciudad, o más bien, de lo que fue y pretende ser.

Foto 1 | Flickr – Jenny Poole
Foto 2 | Flickr – Andrzej Wójtowicz


Comentarios cerrados