Recorrido por Praga a pie: Plaza de la Ciudad Vieja al Castillo

Praga tiene numerosos puentes sobre el rio Moldava, pero hay uno que destaca sobre todos, es el Puente Carlos, ya que es el más antiguo de la ciudad. Un puente peatonal, plagado de turistas a todas horas, con un encanto arrebatador y donde encontramos pintores, vendedores de multitud de objetos, músicos, pero lo que más destaca es su ambiente. Sin duda el amanecer es algo que hay que ver en la vida, muy recomendable.

Hay un recorrido que permite disfrutar de lo más especial que podemos encontrar en Praga. Partiendo de la plaza de la Ciudad Vieja, donde se puede admirar el reloj astronómico que cada hora interpreta una melodía que congrega a numeroso público. Posteriormente cruzar el Puente Carlos, que os sorprenderá. Sin prisas, sin olvidar tocar la estatua de bronce de San Nepomuceno, que según cuenta la leyenda, todo el que la toque volverá a Praga.

Para subir al Castillo hay varios caminos, más empinados, con escaleras, con rampa, es decir, se puede elegir el nivel de dificultad que mejor se acomode a vuestras necesidades. Una vez en el Castillo, considerado el castillo gótico más grande del mundo, se recomienda ver el cambio de guardia si se llega a la hora correcta (consultar, pues varía según las fechas); no es como en el Palacio de Buckingham de Londres pero siempre es interesante ver un desfile de estas características.

La Catedral se encuentra anexa al Castillo y para visitar la misma es necesario obtener una entrada y hacer cola durante al menos una hora, generalmente. También es muy recomendable el acceso a las torres, pues las vistas son impresionantes.

El regreso se puede hacer por un camino distinto a la subida, lo que permite ver y conocer otras partes de la ciudad. Por todas partes, especialmente iglesias, existen carteles anunciando conciertos de música clásica, siempre es recomendable, si tenéis tiempo, asistir a alguno de ellos.

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