Vamos a preparar las maletas para volar… ¿Sabemos qué podemos y qué no podemos llevar a bordo?
Cuando llega el verano, siempre nos encontramos con el mismo problema: nla hora de hacer la maleta para subir al avión. Y es que ya sabemos que la mayoría de viajeros prefieren viajar con la maleta en cabina y evitar el engorro (y el gasto) de facturar la maleta. Pero esto tiene un problema, porque hay que recordar que los controles del aeropuerto son bastante estrictos y hay muchas cosas que no pueden pasar por el control.
Las maletas son revisadas minuciosamente y cualquier objeto que esté en la lista de objetos prohibidos en un avión, será requisado y nos vamos a quedar sin ello. Y no hablábamos de que vayamos a meter en la maleta, por error, una espada toledana o un arco con sus flechas, sino que hay objetos considerados como peligrosos que podemos no considerarlos como tales y que para los de seguridad son objetos requisables.
Líquidos y alimentos, por debajo de los 100 ml
Lo más fácil es que se nos olvide que los desodorantes, colonias, esmalte para uñas, antimosquitos y otros líquidos han de ir en pequeños frascos de 100 ml. Todos estos pequeños frascos deben de ir, además, dentro de una bolsa transparente sellada que no debe tener una capacidad superior a un litro. Esto quiere decir que solo se podrá llevar 10 frascos por persona. Y los alimentos, como las mermeladas o el jamón, si se lleva, también entran en esta categoría. Y no hay que olvidarlo: esta bolsa ha de ponerse siempre separada del resto del equipaje para pasar por la máquina de rayos X.
Eso sí, los cortauñas, las pinzas de depilación y las tijeras con una longitud de hojas desde el eje inferior a los 6 centímetros, pueden llevarse tranquilamente. Pero ¿qué pasa con ese jamoncito y el queso que queremos llevarnos para disfrutar de una buena comida en el viaje o para regalar a nuestro anfitrión?
Restricciones en el transporte de alimentos en cabina
La legislación sobre esto cambia en casi todos los países. Lo que en un se permite, en otro no, así que es complicado si no se estudia bien cada caso. Pero la norma es que entre países intracomunitarios, países europeos, no suele haber problema con productos como el jamón o los quesos. Eso sí, con las cantidades y métodos de transporte que ya he comentado.
Pero cuando se viaja a un país extracomunitario es cuando comienzan los problemas. Nada de alimentos perecederos, porque pueden provocar intoxicaciones alimentarias y eso no lo permite ningún país. Incluyendo España, así que nada de traer ese embutido o ese queso tan apetecible desde nuestro destino de vacaciones fuera de Europa. Para eso, hay que envasar los alimentos al vacío y facturarlos. Eso sí, en pequeñas cantidades, no vale traerse un jamón entero en la maleta, porque probablemente, no podrá ser.
Para estar seguros de qué podemos o no podemos llevar en el equipaje de mano, hay que consultar la lista oficial de AENA, que puedes encontrar en este enlace. Si quieres saber qué no puedes llevar en el equipaje facturado, este enlace, también de AENA, te lo aclarará.
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