Turismo por el lago Titicaca

Uno de los grandes espectáculos que ofrecen los Andes Centrales es el lago Titicaca, cuya superficie se divide entre Bolivia y Perú. Una lengua de tierra, el estrecho de Tiquina, prácticamente divide el lago en dos partes claramente diferenciadas. El Titicaca está a 3.812 metros sobre el nivel del mar, lo que le convierte en el lago navegable a mayor altura en el mundo.

Tan solo el lago y el entorno ya merecen una visita y que tengamos listos cámaras y accesorios aquí para no perdernos nada. Pero el Titicaca no es solo un paisaje, también es adentrarnos en la cultura de sus habitantes. Los Uros son un pueblo que vive en el lago sobre islas artificiales construidas con totora. Esta planta les sirve para construir también sus características embarcaciones llamadas caballitos de totora e incluso complementa su dieta. Son un pueblo acostumbrado al turismo del cual cada vez depende más su economía.

En el lago encontramos también una Obra maestra del patrimonio oral e intangible de la humanidad incluida en la lista de la Unesco, el arte textil de Talique. Tras llegar en barco y ascender por un camino de piedra, se llega al pueblo de Talique, en el que sus habitantes se esfuerzan por conservar su cultura y dar a conocer lo que hace tan especial a su arte textil. Si nos fijamos en las fajas bordadas de los hombres casados, descubriremos su historia con su pareja, dibujada con símbolos propios de la isla.

Podemos visitar el lago por nuestra cuenta, pero salvo que tengamos mucho tiempo, es recomendable contratar visitas guiadas para no perdernos nada y llegar a lugares como la Isla del Sol o la de la Luna. Se puede llegar al Titicaca por carretera, hasta Puno, bien en coche particular o en autobús. También llegan vuelos al Aeropuerto de Juliaca, a cinco kilómetros de esta localidad.

Foto | Wikimedia

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