Si desde Lisboa quieres ir hacia algún lugar cercano como podrían ser las monumentales Sintra o Queluz, dos excursiones ciertamente recomendadas, lo ideal es tomar el tren. Y así, de paso, descubres que la capital de Portugal cuenta con una estación de trenes que es muy bonita y llamativa.
El 9 de febrero de 1851 la reina Isabel II inauguró la línea de ferrocarril que unía Madrid con Aranjuez, conocida como el Tren de la Fresa. Era la segunda de la Península tras la de Barcelona-Mataró inaugurada tres años antes. Solo 49 kilómetros separan las residencias reales de ambas ciudades y se tardaba una hora y media en realizar el recorrido. Además del interés que pudiera tener la monarquía en facilitar sus desplazamientos entre palacios, la línea estaba planteada como una parte de la futura Madrid-Alicante, que acercaría la capital a la costa mediterránea.
Una forma única de viajar entre Quito y Guayaquil disfrutando del recorrido y la historia de Ecuador, es hacerlo en el Tren Crucero. Se trata de un tren turístico que recorre 456 kilómetros por la complicada orografía ecuatoriana. El tren transita por los Andes, llegando a una altura de 3.600 metros, para terminar a nivel del mar en la costa del Pacífico. Al atractivo de los trenes clásicos se une en este caso el excepcional paisaje del recorrido.
La red ferroviaria de Marruecos comprende casi 2.000 kilómetros, la mitad de ellos electrificados. La Oficina Nacional de Ferrocarriles Marroquíes (ONCF) es la encargada de administrar este servicio público, que enlaza las ciudades más importantes del reino alauita: Marrakech, Fez, Casablanca, Tánger, Rabat etc.
Si tienes pensado hacer un viajecito a Portugal, lo primero de todo, antes de buscar qué ver o qué hacer, es ver cómo llegar. Y por eso, ahora os vamos a explicar las diferentes formas que hay para llegar a éste nuestro país vecino. Puedes encontrar más información en Rumbo.es en Slideshare.