Ollantaytambo, finales del recorrido por el Valle Sagrado

Escrito por: mscott    10 septiembre 2012     2 minutos

Por la misma ruta que nos lleva a Chinchero, a 89 kilómetros de Cusco llegamos a Ollantaytambo. Este es el único pueblo incaico que mantiene enteramente su arquitectura original. Ollanta es el vínculo entre Cusco y Aguas Calientes, lo que lo convierte en una parada obligada para los viajeros y de ahí su nombre de Tambo (Tampu en quechua) que significa un lugar de descanso para los viajantes.

El maíz, principal cosecha de la zona, eliminó el nomadismo convirtiéndose así en alimento sagrado, de ahí que en Ollanta utilizaran su forma como plano para trazar la arquitectura del lugar como una manera de rendirle culto espiritual a la naturaleza, asegurándose así su protección. Las casas de piedras pulidas se agrupan de en dos formando las canchas o manzanas que representan los granos del maíz. Las calles angostas bordeadas por canales de agua de manantial, conservan aún sus nombres incaicos.

Ollantaytambo tiene su propio vigía tallado en la ladera del cerro Pinkulluna, a cuyos pies se extiende la ciudad. El monumental perfil de Tunupa, deidad de la abundancia, aparenta cobrar vida según le de el sol. Los ojos de este dios parecen estar cerrados hasta las dos y media de la tarde, momento en que el sol los ilumina como despertándolo.

La misma idea se repite en el Parque Arqueológico donde vemos la imágen de una llama acostada. En ésta, cada 21 de junio, el único lugar que recibe un rayo de luz es el templo ubicado en lo que correspondería al ojo. Esta señal se interpreta como el despertar de la llama indicando el comienzo de la época de sequía. Dentro de este complejo también es recomendable visitar el Templo de los Diez Nichos, el Templo del Sol y el Baño de la Ñusta.

Como en toda la región no faltan las ferias y es recomendable, si aún no lo hicieron, comprar los recuerdos ya que en el próximo paraje, que es el último del recorrido por el Valle Sagrado, los precios pueden ser más del doble.

Foto | Flickr – Teosaurio
Fuente | Revista Lugares


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